CIHAR colabora en el “Almanaque de 2026, los manuscritos andalusíes de Cútar”
El círculo Intercultural Hispano Árabe (CIHAR), colabora en la difusión de la cultura andalusí a través del almanaque de 2026, dedicado a la temática de los manuscritos andalusíes de Cútar – Axarquía – Málaga, con la colaboración de la investigadora de los mismos Dra. M. Isabel Calero (Medalla de Oro CIHAR 2023) y de otras entidades.
Un poco de historia:
La historia de Al-Yayyar, el desterrado de Cútar que alumbra el pasado andalusí capturado, excarcelado y nombrado imam de la localidad malagueña en 1488, escondió sus libros en una pared y aún se conservan.
El pueblo axárquico mantiene su trazado antiguo en el imponente y escarpado terreno.
La ocultación y eliminación de documentos y libros ha sido frecuente a lo largo de la historia, sobre todo en momentos de conflicto, persecuciones, invasiones y conquistas. El hallazgo de Cútar se suma a los que ya ha tenido lugar en otras provincias españolas (Badajoz, Zaragoza, Toledo o Granada) y en circunstancias parecidas.
El Corán y los demás documentos del alfaquí de Cútar, aparecieron en el verano de 2003, mientras se hacían reformas en una casa de la localidad. Estos testigos de su tiempo habían permanecido más de quinientos años ocultos en un muro. En mayo de 2005, fueron presentados por María Isabel Calero Secall en el Congreso Los Manuscritos Árabes en España y Marruecos.
Cuando los ejércitos de los Reyes Católicos empezaron a cercar Málaga Reyes Católicos Málaga en 1487, el último rey nazarí Boabdil estaba en plena guerra civil contra su tío, Al-Ándalus afrontaba una de sus batallas finales, de las más sangrientas y peligrosas. Desde los pueblos de la Axarquía y las localidades que no habían sido tomadas aún por los cristianos llegó hasta la fortaleza malacitana mucha gente. El miedo a quedar en sus pueblos a merced de las tropas cristianas y el presentimiento de una importante batalla en poco tiempo llenaron la alcazaba malagueña. Tomada la ciudad, Mohammed Al-Yayyar contaba entre los capturados a los que después de meses de asedio sólo se les dio dos opciones: esclavitud o muerte. Encarcelado en Sevilla, Al-Yayyar acabó de copiar La burda de Al-Busiri casi año y medio después de la caída malacitana: en noviembre de 1488. Más de cinco siglos después, ese manuscrito se encontró en la vieja tapia de una casa en Cútar, la casa del desterrado.


