Una ciudad y una región de Sharq al-Ándalus – Murcia
Abdo Tounsi
Murcia 2025 – Aniversario 1200 años de su fundación.
El aniversario de los 1200 años de Murcia se celebra en el año 2025, ya que la ciudad fue fundada en el año 825 por Abderramán II, emir de Córdoba, quien ordenó la construcción de una fortaleza en la margen izquierda del río Segura. Este evento marcó el origen de la ciudad de Murcia, que se desarrolló alrededor de esa fortaleza.
La celebración de los 1200 años de Murcia es una ocasión especial para la ciudad y la región de Murcia, ya que permite conmemorar su rica historia, poner en valor su patrimonio cultural y su evolución a lo largo de los siglos. Durante este aniversario, se espera que se organicen una serie de eventos culturales, exposiciones, conciertos, actividades educativas y otras iniciativas para destacar la importancia de Murcia tanto a nivel local como nacional e internacional. Durante esta efeméride, habrá actividades diversas, incluida la publicación de libros y la promoción de Murcia como destino turístico. Además, es una oportunidad para que los habitantes de Murcia y visitantes de todo el mundo puedan aprender más sobre la historia y la cultura de la región y de esta ciudad española.
En lo referente al vínculo histórico de la ciudad y región, es importante destacar la cultura andalusí-hispanoárabe y mediterránea que al día de hoy marca un relieve evidente en la vida cotidiana de la región y sus habitantes. Para poner en valor dicho hecho histórico y embellecer el puente intercultural hispanoárabe que une el sur del Mediterráneo con el sureste español que formó parte de Sharq al-Ándalus, es necesaria la colaboración de entidades de ambas orillas del Mediterráneo con motivo de este acontecimiento histórico. Los 1.200 años de la fundación de la ciudad de Murcia comienzan a celebrarse en Las Claras, El convento será el espacio que acogerá la presentación, dando inicio a la efeméride y albergará un acto diario durante 2025. Un acontecimiento de excepcional interés público: así será el 1.200 aniversario de Murcia, que su Ayuntamiento y el gobierno regional se unen para desarrollar actividades socioculturales a lo largo del año 2025.
El Círculo Intercultural Hispano Árabe (CIHAR) por su parte está preparando un programa especial de lo que ha significado y significa; Murcia ciudad y región de la época andalusí.
Murcia ciudad y región:
Murcia se desarrolla gracias a su entorno geográfico, tiene una historia rica y compleja que está profundamente influenciada por su entorno geográfico y especialmente por su sistema hidráulico. La región se encuentra en una cuenca fluvial, regada principalmente por el río Segura, lo que ha permitido el desarrollo de la agricultura, una de las bases económicas de la zona. El clima semiárido de Murcia, caracterizado por inviernos suaves y veranos calurosos, combina con la disponibilidad de agua del río Segura, lo que ha favorecido el cultivo de productos como frutas, verduras y cereales. A lo largo de los siglos, distintas civilizaciones, desde los romanos hasta los musulmanes, han desarrollado sistemas de riego elaborados, como acequias y azudes, que han optimizado el uso del agua en la agricultura. Este aprovechamiento del agua ha sido crucial para el crecimiento económico y demográfico de la región. Los cultivos de regadío han transformado el paisaje murciano, convirtiéndolo en uno de los principales productores agrícolas de España, conocido especialmente por sus cítricos, hortalizas y productos de invernadero.
Además, el sistema hidráulico ha desempeñado un papel fundamental en el desarrollo urbano de Murcia. Las ciudades y pueblos han crecido a lo largo de los cauces de los ríos y las acequias, facilitando el comercio y la conectividad entre comunidades.
El Dr. PEDRO JIMÉNEZ CASTILLO de Escuela de Estudios Árabes, CSIC, en su artículo “Fincas aristocráticas en la Murcia islámica: rahales, reales y torres” y concretamente en el apartado “El contexto histórico y geográfico” dice:
Licenciado en Geografía e Historia, especialidad de Historia Antigua y Arqueología por la Universidad de Murcia
“El alfoz de Murcia coincidiría, aproximadamente, con lo que después se denominaría como término municipal, y comprendía tres ámbitos geoeconómicos bien diferenciados. En primer lugar, la huerta, en medio de la cual se levanta la ciudad; al sur, el campo mayoritariamente de secano que limitaba con el término de Cartagena; los dos anteriores separados por la línea montañosa que se extiende de este a oeste, conformada por las sierras de Carrascoy, Cresta del Gallo, Altaona y Escalona, y que constituiría el tercer ámbito. Lo más destacado del alfoz murciano, que ha condicionado el paisaje y la historia socioeconómica de la ciudad desde época andalusí hasta nuestros días, es el complejo sistema agrícola y poblacional que se denomina Huerta de Murcia y que se basa en el aprovechamiento intensivo del cauce del río Segura para regar la llanura aluvial en cuyo centro se sitúa Murcia, mediante una intrincada red de canales de irrigación y avenamiento. Está conformado básicamente, por una presa de derivación en el cauce del río, la Contraparada, que eleva el nivel de las aguas hasta alcanzar la altura a la que arrancan las dos acequias mayores, llamadas Aljufía, la del margen norte, y Alquibla, la del sur. De ellas derivan de manera jerarquizada el resto de las numerosas acequias que distribuyen el agua por toda la huerta. Las dos acequias mayores presentan características diferentes en relación a su trazado: la Aljufía no se aleja mucho del cauce del río y, dado que la ciudad de Murcia se sitúa en la margen izquierda del río Segura, atravesaba de oeste a este el arrabal del Arrixaca irrigando los huertos y reales que allí se encontraban; la Alquibla describe un amplio arco por el sur al encuentro del delta interior que describe el río Guadalentín en su desembocadura al valle del Segura. En la más antigua descripción de la huerta, que es la de al-̔Uḏrī y que dataría de mediados del siglo XI, se menciona solo la acequia del norte, de lo que se ha venido deduciendo que en ese momento no existía más que una acequia madre, la Aljufía, y que la otra aún no se había excavado. A pesar de que se trata de un modelo productivo y social plenamente andalusí, algunos autores opinaron que su origen podría remontarse a época romana, pero esta hipótesis ha quedado firmemente desmentida incluso por la arqueología. En época andalusí buena parte de la población del término murciano se hallaba diseminada por la huerta agrupada en pequeños caseríos, las alquerías, que reunían a un número reducido de familias. Se registran en el Repartimiento unas 75 alquerías, de las que dependería como media una superficie de 523 tahúllas, unas 57’5 Ha, de tierras de cultivo. José Antonio Manzano trató de establecer la relación de propietarios de seis de ellas (Albadel, Aljucer, Rabad Algidid, Benabía, Beniaján Algarbía y Benihuadah), lo que le permitió calcular en 80 la cifra media de propietarios por alquería y una suma de 480 habitantes para cada una; de todo ello se deduce una densidad demográfica de 8’5 habitantes por hectárea y una población total de 45.000 habitantes. De la estructuración clánica de estos asentamientos que revela la toponimia y que parece lógico suponer en sus primeros momentos, nada quedaba en el siglo XIII, según mostró el trabajo de Manzano: no hay rastro de formas colectivas de propiedad y entre los hacendados de las alquerías con topónimo gentilicio apenas hay miembros que se puedan vincular a la familia epónima. Además de las tierras irrigadas a partir de las acequias, existían también en los sectores más perimetrales de la vega, en los pies de monte, áreas que se beneficiaban de las aguas procedentes de las ramblas, y que en el Libro del Repartimiento aparecen identificadas como tierras de “alfayt”. Este sistema es tradicionalmente conocido como riego por boqueras y consiste en aprovechar los aportes de escorrentía concentrada; es decir, aquéllos que sumaban caudales considerables al proceder de precipitaciones importantes que circulaban por grandes ramblas y barrancos. Estos caudales se derivaban mediante presas que los conducían a una red de canales denominados boqueras, que se ramificaban igual que las acequias conformando en ocasiones redes muy complejas.”
La región de Murcia, durante la época andalusí, fue un importante centro cultural y económico en la península ibérica. Su capital se convirtió en una de las principales poblaciones del reino de Al-Ándalus, bajo el dominio musulmán, que perduró hasta el siglo XIII.
Contexto histórico:
- 1. Conquista y desarrollo: Tras la conquista de la península por los musulmanes en el año 711, Murcia pasó a formar parte del Califato Omeya de Córdoba. Durante este periodo, la ciudad experimentó un gran florecimiento tanto económico como cultural.
- 2. Reino de Murcia: En el siglo XI, tras la fragmentación del Califato, Murcia se convirtió en un reino independiente bajo el control de las taifas. Este periodo vio un aumento en la producción agrícola, gracias a la irrigación y el cultivo de productos como el arroz, los cítricos y otros productos comerciales.
- 3. Construcción de infraestructuras: Durante esta época, se construyeron importantes infraestructuras, como acequias y sistemas de riego, que favorecieron la agricultura y el desarrollo urbano. También se promovieron actividades artesanales y comerciales.
Cultura y sociedad:
- 1. Convivencia de culturas: La época andalusí fue un periodo de convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos, lo que enriqueció la cultura de la región. Destacaron en las artes, la ciencia y la literatura.
- 2. Desarrollo urbano: La Murcia andalusí destacó por su arquitectura y urbanismo. Se construyeron mezquitas, palacios y jardines. La Medina de Murcia era un lugar vibrante, con zocos y plazas donde se llevaban a cabo intercambios comerciales y actividades culturales.
- 3. Legado cultural: El legado andalusí en Murcia es evidente en la arquitectura de la ciudad, como la Catedral de Murcia, que incorpora elementos islámicos en su diseño, así como en la toponimia de muchos lugares y en prácticas agrícolas que perduran hasta hoy.
1200 año de Murcia, una efeméride para recordar