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Científicos

¡Sabías que!

Los científicos musulmanes realizaron numerosas investigaciones que derivaron en innumerables aportes a diferentes campos científicos, siendo algunos de ellos bases de tecnologías actuales. Las ideas científicas que viajaban desde países como Grecia, China y La India facilitaron la globalización de la ciencia.

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Ḍiyāʾ Al-Dīn Abū Muḥammad ʿAbdllāh Ibn Aḥmad al-Mālaqī (ضياء الدين أبو محمد عبد الله بن أحمد المالقي ) en árabe), (el malagueño) y al-Nabatí (el botánico); comúnmente conocido como Ibn al-Baitar, fue un médico y botánico andalusí, nacido hacia 11901​ o 1197 en la Provincia de Málaga (se especula con que nació en el municipio de Benalmádena) y muerto en 1248 en Damasco. Su nombre «ben abidar» significa en lengua amazig «el hijo del cojo», que dio en árabe el nombre de esta profesión. Al-Baitar estudió con el botánico Abu al-Abbas al-Nabati en Sevilla donde comenzó una colección de plantas cuyo estudio se centraba en sus propiedades medicinales. Hacia 1220 emigró al Próximo Oriente atravesando el norte de África y visitando Anatolia y Siria para finalmente establecerse en El Cairo, donde fue nombrado botánico jefe de Egipto por el sultán. Allí estudió las propiedades medicinales de las plantas y realizó numerosos viajes de investigación con sus alumnos. Ibn al-Baitar fue responsable de numerosos trabajos que recogen el conocimiento farmacéutico de su tiempo en África del Norte. Su obra más conocida es Kitāb al-Jāmiʻ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aghdhiya («Libro recopilatorio de medicinas y productos alimenticios simples»). Nombró las plantas y describió el uso de más de 1400 especies mayormente de la farmacopea Árabe cuya lengua tenía que perfectamente conocer. Su obra sería utilizada y traducida durante toda la Edad Media.

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Ḍiyāʾ Al-Dīn Abū Muḥammad ʿAbdllāh Ibn Aḥmad al-Mālaqī (ضياء الدين أبو محمد عبد الله بن أحمد المالقي ) en árabe), (el malagueño) y al-Nabatí (el botánico); comúnmente conocido como Ibn al-Baitar, fue un médico y botánico andalusí, nacido hacia 11901​ o 1197 en la Provincia de Málaga (se especula con que nació en el municipio de Benalmádena) y muerto en 1248 en Damasco. Su nombre «ben abidar» significa en lengua amazig «el hijo del cojo», que dio en árabe el nombre de esta profesión.

Al-Baitar estudió con el botánico Abu al-Abbas al-Nabati en Sevilla donde comenzó una colección de plantas cuyo estudio se centraba en sus propiedades medicinales. Hacia 1220 emigró al Próximo Oriente atravesando el norte de África y visitando Anatolia y Siria para finalmente establecerse en El Cairo, donde fue nombrado botánico jefe de Egipto por el sultán. Allí estudió las propiedades medicinales de las plantas y realizó numerosos viajes de investigación con sus alumnos.

Ibn al-Baitar fue responsable de numerosos trabajos que recogen el conocimiento farmacéutico de su tiempo en África del Norte. Su obra más conocida es Kitāb al-Jāmiʻ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aghdhiya («Libro recopilatorio de medicinas y productos alimenticios simples»). Nombró las plantas y describió el uso de más de 1400 especies mayormente de la farmacopea árabe cuya lengua tenía que perfectamente conocer.

Su obra sería utilizada y traducida durante toda la Edad Media.

Omar Jayam nació el 18 de mayo del año 1048 en Nishapur, donde también murió, probablemente en 1131. Allí y en la ciudad de Balj recibió una sólida educación en ciencias y filosofía. En el 1070 se trasladó a Samarcanda, donde el patrocinio del jurista Abú Taher le permitió completar su Tesis sobre Demostraciones de Álgebra y Comparación. Con ella logró gran reconocimiento y prestigio, hasta el punto de ser llamado por el sultán Malik Shah I, quien le encargó la construcción de un observatorio astronómico en Marv (actualmente Mary, en Turkmenistán), según consigna Nizam al-Mulk en su libro Siasat Namé, en colaboración con otros siete astrónomos y matemáticos, entre ellos Abdolrahman Jazení y Meimún-ebne Nayib Vasetí.

La leyenda afirma que en su juventud llegó a entablar amistad con el reformador religioso Hasan-i Sabbah y el político Nizam al-Mulk.

Omar Jayam realizó relevantes investigaciones en astronomía, principalmente la corrección del antiguo calendario zoroástrico. Desde entonces se adoptó una nueva era, conocida como yalalí o el Seliuk.3​4​ En 1092 realizó su peregrinación a La Meca, según la costumbre musulmana. A su regreso a Nishapur trabajó como historiador y maestro de matemáticas, astronomía, medicina y filosofía, entre otras disciplinas.

En 1094, tras la muerte de su padre, escribió un trabajo literario en su lengua materna, el persa (también conocido como dari o tayiko, hablado en Irán, Tayikistán, Afganistán, Georgia, parte de la India y parte de Pakistán). Sus poemas destacan por la delicadeza y sutileza de su lenguaje. Como filósofo, Omar Jayam fue materialista, pesimista y escéptico.

La obra poética más destacable de Omar Jayam son los Rubaiyat, recopilación de hasta un millar de cuartetos que hablan sobre la naturaleza y el ser humano. Rubaiyat es el plural de ruba’i, que significa precisamente cuarteta.

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Abu Musa Jabir Ibn Hayyan Al-Azdi nació en lo que hoy es Irán en el 721 d.C. y residió la mayor parte de su vida en la ciudad de Kufa (Iraq). Hijo de un farmacéutico, habría estudiado primero en Yemen, tutelado por el sabio Harbi Al-Himyari; y posteriormente en Kufa, como discípulo del imán Jafar Al Sadiq, donde aprendió alquimia, farmacia, filosofía, medicina y astronomía. Se convirtió en el alquimista y médico de la corte durante el reinado del Califa Haroun Al-Rashid. Y falleció en Kufa en el año 815 a la venerable edad de 94 años.

Sus trabajos constituyeron avances significativos para la alquimia, tanto en el plano teórico como en el de la experimentación. Sus libros influyeron notablemente en los alquimistas europeos. Se le atribuye la paternidad de un gran número de instrumentos de laboratorio.

A pesar de conocer la existencia de los elementos químicos, Ŷabir ibn Hayyan prefería clasificarlos como «sustancias». Esto se debe a que a la vez apoyaba la teoría de los cuatro elementos (agua, fuego, tierra y aire).

Ŷabir adopta inicialmente la existencia de cuatro naturalezas el calor, la humedad, la frialdad y la sequedad. Dichas naturalezas se unen con la sustancia y de esta unión nacen los compuestos de 1° Grado, es decir lo caliente, lo húmedo, lo frío, y lo seco. A su vez, estos compuestos van a producir los elementos, según el siguiente esquema:

  • Caliente + Seco + Sustancia = fuego
  • Caliente + Húmedo + Sustancia = aire
  • Frío + Húmedo + Sustancia = agua
  • Frío + Seco + Sustancia = tierra

Sin embargo, complica más su teoría, ya que introduce una distinción entre las naturalezas internas y las naturalezas externas del metal. Ejemplo: el plomo es caliente y húmedo en su interior, pero frío y seco en su exterior.​

(Abu Bakr Muhammad ibn Zakariyya al-Razi; ar-Rayy, c. 865 – Bagdad?, c. 923) Médico, alquimista y filósofo persa. Conocido en la Europa medieval por el nombre de Rhazes, está considerado, junto con Avicena, el médico más notable en lengua árabe. Entre las más de cincuenta obras que se le atribuyen, hay que destacar Continens, enciclopedia médica utilizada en Europa hasta el siglo XVI, y Sobre la viruela y la escarlatina. Escribió también más de cuarenta obras de filosofía (lógica, metafísica y teología), en las que puso de manifiesto la influencia de Platón y su creencia en la imposibilidad de conciliar religión y filosofía.

Nacido en la localidad persa de ar-Rayy (de donde toma su nombre), la actividad de este célebre médico árabe no se redujo al ejercicio de la medicina; sus estudios abarcaron también la alquimia, la filosofía, las matemáticas y la física. Al parecer, estuvo en España y residió cierto tiempo en Córdoba. Su obra más importante es al-Hawi, «el libro que comprende», llamado por los escritores latinos Continens y conocido en español como El continente. Se trata de una enciclopedia de la ciencia médico-quirúrgica del mundo islámico, y abarca tal materia desde sus orígenes hasta los primeros años del siglo X.

La obra (que comprende un número variable de libros según la edición de que se trate, por la confusa distribución de la materia) no constituye un tratado normal, ordenado según un plan sistemático, sino que es un conjunto de observaciones (notables desde el punto de vista práctico) que probablemente no estaban destinadas a la publicación, al menos en el estado en que nos han llegado. Además del descuido del estilo, las citas que los escritores posteriores hacen de Razi suscitaron dudas en los críticos modernos sobre la autenticidad de la obra. Aun admitiendo que El continente haya llegado a nosotros en elaboraciones posteriores, con alteraciones y añadiduras, en él puede distinguirse un núcleo fundamental, y este núcleo se atribuye al genio científico de al-Razi.

Al Biruni nació el 15 de septiembre de 973 en la ciudad de Kath (en el actual Uzbekistán), en Corasmia. Su nombre completo era Abū ‘r-Raihān Muhammad ibn Ahmad al-Bīrūnī (en árabe: أبو الريحان البيروني; en persa: ابوریحان بیرونی). También se lo conoció como Alberuni.

A la edad de 17 años fue capaz de calcular la latitud de Kath, gracias a la altitud máxima alcanzada por el Sol, y a los 22 años ya había escrito varias obras cortas sobre la ciencia de la cartografía que incluían un método para la proyección de un hemisferio en un plano. A los 26 años sus escritos incluían temas como el estudio del paso del tiempo (cronología) y los astrolabios, el sistema decimal, la astrología y la historia. También calculó el radio de la esfera terrestre (la supuestamente extendida creencia medieval en una tierra plana es un mito moderno) con un error inferior al 1% de su valor medio actualmente aceptado; el mundo occidental no llegó a tener un resultado equivalente hasta el siglo XVI.

Fue discípulo y amigo de Abu Nasr Mansur y mantuvo una relación epistolar bastante intensa con el filósofo y médico Avicena, así como con el historiador, filósofo y moralista Ibn Miskawayh. Era capaz de hablar varios idiomas, entre los que se cuentan el griego, el hebreo, el sirio y el bereber, aunque escribió su obra en persa (su lengua materna) y árabe. Acompañó a Mahmud de Gazni en sus campañas militares en la India, lo que le permitió aprender sánscrito y prácrito y estudiar su religión y su filosofía, así como escribir las Ta’rikh al-Hind (Crónicas de la India).

Aunque muchos piensan que tuvo una gran afición por la astrología, de la lectura de sus obras se desprende que no creía tanto en esta (como podría intuirse de los títulos de sus obras); antes bien, la utilizó como base para sus estudios verdaderamente científicos. Era un verdadero devoto del islam, pero no mostraba prejuicios racistas ni contra los practicantes de otras religiones.

Muchas de las ideas de Al-Biruni derivaron de los debates que mantuvo con académicos de su tiempo. Por ejemplo, hizo importantes observaciones sobre la naturaleza de la luz y el calor que fueron el resultado de su larga correspondencia con Avicena. En realidad Al-Biruni no fue un gran innovador ni sus escritos estaban llenos de teorías originales… sus ideas están fundadas en el método experimental y en la observación. Su don de lenguas le permitió leer de primera mano muchos tratados de la época y su idea preclara del desarrollo evolutivo de la ciencia le convirtieron en un gran enciclopedista y erudito.

Murió en Gazni (en el actual Afganistán), el 13 de diciembre de 1048 (a los 75 años).

(Abu’Ali al-Husayn ibn’abd Allah ibn Sina; Bujara, actual Irán, 980 – Hamadan, id., 1037) Médico y filósofo persa considerado, junto a Averroes, la más destacada figura de la filosofía árabe medieval. Los trabajos de ibn Sina (Avicena es una latinización de su nombre) abarcaron todos los campos del saber científico y artístico de su tiempo, e influyeron en el pensamiento escolástico de la Europa medieval, especialmente en los franciscanos.

Educado por su padre en Bujara (pasó toda su vida en las regiones del centro y el este de Irán), a los diez años ya había memorizado el Corán y numerosos poemas árabes. Estudió medicina durante su adolescencia, hasta recibir, con sólo dieciocho años, la protección del príncipe Nuh ibn Mansur, lo cual le permitó entrar en contacto con la biblioteca de la corte samánida.

Su vida sufrió un brusco cambio con la muerte de su padre y la caída de la casa samánida por obra del caudillo turco Mahmud de Ghazna. Necesitó echar mano de su gran capacidad de concentración y de su enorme fuerza intelectual para continuar su extensa labor con una meritoria consistencia y continuidad.

Durante el siguiente período de su vida ejerció la medicina en diversas ciudades de la región de Jorasan, hasta recalar en la corte de los príncipes Buyid, en Qazvin. En estos lugares no encontró el soporte social y económico necesario para desarrollar su trabajo, por lo que se trasladó a Hamadan, ciudad gobernada por otro príncipe Buyid, Shams ad-Dawlah, bajo cuya protección llegó a ocupar el cargo de visir, lo que le valió no pocas enemistades que le obligaron a abandonar la ciudad tras la muerte del príncipe.

Fue en esta época cuando escribió sus dos obras más conocidas. El Kitab ash-shifa’ (Libro de la curación) es una extensa obra que versa sobre lógica, ciencias naturales (incluso psicología), el quadrivium (geometría, astronomía, aritmética y música) y sobre metafísica, en la que se refleja la profunda influencia de Aristóteles y, en ciertos aspectos y a través del neoplatonismo, de Platón.

El Al-Qanun fi at-tibb (Canon de medicina), el libro de medicina más conocido de su tiempo, es una compilación sistematizada de los conocimientos sobre fisiología adquiridos por médicos de Grecia y Roma (fundamentalmente, los de Hipócrates y Galeno), a los que se añadieron los aportados por antiguos eruditos árabes y, en menor medida, por sus propias innovaciones. Por último se trasladó a la corte del príncipe ‘Ala ad-Dawlah, bajo cuya tutela trabajó el resto de sus días.

Abū ‘Alī al-Ḥasan ibn al-Ḥasan ibn al-Hayṯam (en árabe: أبو علي الحسن بن الحسن بن الهيثم; Basora, Emirato Buyí, actual Irak, 1 de julio del 965 – El Cairo, Egipto, 6 de marzo del 1040), llamado en Occidente Alhazen o Alhacén, fue un físico árabe musulmán experto en astronomía.​ Está considerado el creador del método científico, realizó importantes contribuciones a los principios de la óptica y a la concepción de los experimentos científicos.

Por su lugar de nacimiento –Basora, en el actual Irak, que era entonces parte del Emirato Buyí–5​ se le llama también Al-Basri. El gran pensador Ibn al-Haytham (Alhazen) nació hacia el año 965, en una familia árabe.

Alhazen llegó a El Cairo bajo el reinado del califa fatimí Al-Hakim, un mecenas de las ciencias que estaba particularmente interesado en la astronomía.8​ Se propuso al califa un proyecto hidráulico para mejorar la regulación de las crecidas del Nilo, una tarea que llevó a pensar en un primer intento para la construcción de una represa en el actual sitio de la presa de Asuán,8​ pero más tarde su trabajo de campo le convenció de la imposibilidad técnica de esta tarea.9​ Alhazen continuó viviendo en El Cairo, en el barrio de la famosa Universidad de al-Azhar, hasta su muerte en 1040.10​ La leyenda cuenta que después de decidir que la represa no era realizable, y temiendo la ira del califa, Alhazen fingió locura y se mantuvo bajo arresto domiciliario desde 1011 hasta la muerte de Al-Hakim en 1021.11​ Durante este tiempo, escribió su influyente Libro de Óptica en siete volúmenes, y continuó redactando nuevos tratados sobre astronomía, geometría, teoría de números, óptica y filosofía natural.

Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī (Abu Yāffar) (en árabe أبو عبد الله محمد بن موسى الخوارزمي ابو جعفر; ,ca. 780-Bagdad, ca. 850), conocido generalmente como al-Juarismi, y latinizado antiguamente como Algorithmi, fue un matemático, astrónomo y geógrafo persa.​ Fue astrónomo y jefe de la Biblioteca de la Casa de la Sabiduría de Bagdad, alrededor de 820.​ Es considerado como uno de los grandes matemáticos de la historia. ​Su obra, Compendio de cálculo por reintegración y comparación, presentó la primera solución sistemática de ecuaciones lineales y cuadráticas. Uno de sus principales logros en el campo del álgebra fue su demostración de como resolver ecuaciones cuadráticas con el método de completación de cuadrados, justificándolo geométricamente. También trabajó en el campo de la trigonometría, produciendo tablas de seno y coseno, y la primera sobre tangentes.

Su importancia radica en que fue el primero en tratar al álgebra como una disciplina independiente e introdujo los métodos de «reducción» y «equilibrio», siendo descrito como el padre y fundador del álgebra. De hecho su nombre latinizado dio nombre a varios términos matemáticos como algoritmo y algoritmia (la disciplina que desarrolla los algoritmos​), así como los términos guarismo​ y el portugués algarismo que significa dígito,​ al igual que guarismo.

También destacó como geógrafo y astrónomo, revisando la obra de Ptolomeo, Geografía, y logrando enumerar longitudes y latitudes de varias ciudades y localidades. También escribió varias obras sobre el astrolabio, el reloj solar, el calendario, y produjo varias tablas astronómicas.

Su legado continuó cuando en el siglo XII las traducciones latinas de su obra Algoritmi de número Indorum ayudó a popularizar los números arábigos en occidente, junto con el trabajo del matemático italiano Fibonacci, logrando que se reemplazara el sistema de numeración romano por el arábigo, que dio origen a la numeración actual. Adicionalmente su obra magna se usó como principal tratado de matemáticas, traducido por Robert de Chester en 1145, en las universidades europeas hasta el siglo XVI.​

Abenjaldún o Ibn Jaldún (Túnez, 27 de mayo de 13321​-El Cairo, 19 de marzo de 1406), su nombre completo en árabe, أبو زيد عبد الرحمن بن محمد بن خلدون الحضرمي‎, o Abū Zayd ‘Abdu r-Raḥman bin Muḥammad bin Khaldūn Al-Hadrami, fue un historiador, sociólogo, filósofo, economista, geógrafo, demógrafo y estadista​ musulmán de origen andalusí, cuya familia huyó al norte de África, nació en lo que actualmente es Túnez.

Es considerado como uno de los fundadores de la moderna historiografía, sociología, filosofía de la historia, economía, demografía y las ciencias sociales en general. Es fundamentalmente conocido por su obra Muqaddima o Prolegómenos a su vasta Historia de los árabes, que constituye un temprano ensayo de filosofía de la historia y de sociología, disciplina esta última de la que a menudo es considerado antecesor.

Según Arnold J. Toynbee «Abenjaldún concibió y formuló una filosofía de la historia que es sin duda el trabajo más grande que jamás haya sido creado por una persona en ningún tiempo y en ningún país». Existe registro de que sus manuscritos existen en España desde antes del siglo XVIII (en el palacio de El Escorial clasificado como Ben Mohamad Ebn Khaldun Alhadrami, Granatensi. Ejus epitome theologiae dogmaticae, cui titulus medulla, opus autographum y otro catalogado en el BNE ​) lo que hace posible que este autor fuese conocido desde la Edad Media en la Peninsula, incluso influyente en eruditos españoles como de la Escuela de Salamanca.

Ibn al-Jatib (Ebn Aljathib) nació, según el calendario islámico, el 25 del mes de rayab del año 713 de la hégira. También se le conoció con el nombre de Lisaneddín o «lengua de la religión», sin duda debido a su mucha elocuencia o elegancia de estilo. El linaje principal de su familia pertenecía a una estirpe de árabes sirios llamada los Benu Alwazir, que después cambiaron su nombre en el de Benu Aljathib y que, habiendo pasado a España, se establecieron en la ciudad de Loja, de donde se trasladaron a Córdoba, después a Toledo, y por último su padre se instaló en Granada. La casa de los Benu Aljathib alcanzó éxitos sociales, riquezas y grandes propiedades. Su abuelo Saíd fue Caíd, general de caballería, y su padre Abdallah, literato y gobernador de Granada. Fue un joven aventajado, su educación fue dirigida por los doctores más sabios de su tiempo en teología y derecho, filosofía, matemáticas y medicina, sobresaliendo principalmente en los estudios históricos y en los políticos. Desde su primera juventud, probó graves contratiempos por haber caído su padre Abdallah en desgracia con el rey de Granada, que lo era a la sazón Mohámmed IV.2​ Pasó gran parte de su vida en la corte del sultán nazarí Muhámmed V al-Ghanî, a quien sirvió como historiador y ministro (guazir) y con quien llegó a establecer lazos de amistad. Desempeñó altas funciones políticas, pues fue nombrado doble visir (“du l-wizaratayn”), lo que le valió el apodo de Dhû l-wizaratayn o «el hombre de los dos visiratos»

Abu l-Qāsim Abbās ibn Firnās (árabe: أبو القاسم عباس بن فرناس; Ronda, Málaga, 810 – Córdoba, 887), precursor de la aeronáutica,​ fue un proto-humanista, científico y químico andalusí. Vivió en la época del Emirato Omeya en al-Ándalus. Pionero de la aviación,​ Ibn Firnás construyó el primer planeador de transporte humano y tuvo un vuelo exitoso con él, por lo tanto, tiene fama de haber intentado el primer vuelo de la historia.

Hizo un análisis exhaustivo de su aterrizaje y llego a la conclusión que faltaba una cola como la que tienen los pájaros. En términos de aviación modernos descubrió la maniobra del FLARE en base a prueba y error.

Los biógrafos lo presentan como un brillante filósofo; debió recibir una formación sólida, lo que significa que realizó estudios científicos. Estudió química, física y astronomía, principalmente. Sus aptitudes en el campo de la poesía y su habilidad en astrología le permitieron introducirse en la corte de Abderramán II (822-852), donde enseñó poesía. Gracias a sus numerosos inventos, algunos de ellos mencionados por los historiadores, pudo seguir frecuentando la corte durante el reinado del sucesor Mohamed I (852-886).

Ibn Tufail (nombre completo en árabe, أبو بكر محمد بن عبد الملك بن محمد بن طفيل القيسي الأندلسي‎, transcrito ʾAbū Bakr Muḥammad ibn ʿAbd al-Malik ibn Muḥammad ibn Ṭufail al-Qaisī al-ʾAndalusī; latinizado como Abubacer; hispanizado como Abentofail) (Guadix, Purchena o Tíjola, c. 1105 o 1110 – Marrakech, 1185) fue un médico, filósofo, matemático y poeta, mentor de Averroes. Participó en la vida cultural, política y religiosa de la corte de los almohades en Granada. En el núcleo de sus ideas filosóficas se encuentra el problema de la unión del entendimiento humano con Dios.

Ibn Tufail pone en forma de novela filosófica el concepto del «solitario», ya introducido por Avempace en su obra capital El régimen del solitario, encarnándolo en la persona de Hayy ibn Yaqzan, un joven que, como siglos más tarde, Daniel Defoe emulará con variantes en Robinson Crusoe, nace y crece totalmente solo en una isla desierta. El niño, con la fuerza de su sola razón e intelecto, asciende del conocimiento empírico al científico y de este al místico, utilizando la gradación establecida por Avempace, con la diferencia de que el sistema de Avempace se construye a partir de la filosofía de Al-Farabi, e Ibn Tufail lo hace desde el de Avicena, lo que le hace insistir en el carácter gratuito del don místico y en un contenido más iluminativo del mismo.


Próximos eventos

Mar 30
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La huella andalusí en los sistemas de regadío de Cieza. Historia de sus acequias – 30 de marzo 2023

Abr 13
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Arabismos de la ecología andalusí – 13 de abril 2023

Abr 18
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Charla «Las ventajas de plantarse» con un Iftar (cena) – 18 de abril 2023

Abr 24
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III acto de donación de libros para la Biblioteca Islámica AECID – 24 de abril 2023

Abr 25
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La agroecología andalusí – 25 de abril 2023

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-Actividades:

El uso del agua en la época andalusí

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Las ciencias, de la cuna de Ibn al-Baytar a la cuna de Abbás Ibn Fernás

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El Centro de Interpretación de la Alquería de CÚTAR y sus MANUSCRITOS NAZARÍES

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Todas las actividades realizada para «2022, año de las ciencias: Árabes – Islámicas – Andalusíes»

-Artículos de interés:

Abũ-l-Walid Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rušd (Averroes) 

Por: Carmen Panadero Delgado

Nació en Córdoba en 1126 d.C. en una familia de juristas, familia hispana autóctona y conversa al Islam, es decir, muladí, según el mismo declaró más de una vez en sus escritos. Rušd es la arabización de Ruíz. Era nieto de un qadĩ (juez) de Córdoba; su padre, juez también, procuró para su educación los mejores educadores en la ley, como ben Pascual (en el campo de las tradiciones) o Abũ Ŷafar Hãrũn de Trujillo (en el campo de la Medicina). Pero las más decisivas influencias las recibió de ben Tufayl en Filosofía y Medicina, y de ben Zohr (Avenzoar) asimismo en Medicina.

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Ya puedes descargar el Calendario científico escolar 2022

Una de las novedades de la iniciativa impulsada por el Instituto de Ganadería de Montaña (CSIC-ULe) es la ampliación hasta diez idiomas (entre ellos el árabe) del calendario en su versión online

Descargar gratuitamente en la página del IGM.

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Los musulmanes y sus contribuciones a la ciencia
Al-Jahiz, el filósofo musulmán que tuvo la idea de la evolución 1.000 años antes que Darwin
La ciencia en Al-Ándalus: el Sagrado Corán y la ciencia
De cuando los árabes salvaron las ciencias de Occidente
El sabio que introdujo los números árabes a Occidente y nos salvó de tener que multiplicar CXXIII por XI

MARIAM ASTURLABI, LA MUJER DETRÁS DE LOS ASTROLABIOS

El astrolabio, como se lo conoce hoy en día, surgió como resultado de su introducción al mundo islámico alrededor del 750. Muḥammad ibn ʿAbd Allāh Nasṭūlus (o Basṭūlus) era un conocido y popular fabricante de astrolabios ubicado en Bagdad, Irak. El padre de Mariam era un aprendiz suyo y ella a su vez fue a trabajar para su padre. Ella también se convirtió en alumna de Basṭūlus.

Se ha dicho que los diseños de Mariam eran más intrincados e innovadores y, por lo tanto, más útiles.

Diseñar un astrolabio requirió que Mariam trabajara con cálculos matemáticos complejos y precisión, pero gradualmente dominó los diseños. Esto impresionó a Sayf Al Dawla, que reinó desde 944 hasta 967. El gobernante de la ciudad los encontró muy innovadores. Mariam se hizo tan famosa con su trabajo que decidió emplearla en su corte en Alepo. Además de esto, también ayudó a desarrollar técnicas de navegación y cronometraje.

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Al-Fārābī

Autor: Luis Xavier López Farjeat

En la denominada tradición filosófica árabe-islámica al-Fārābī es, sin duda, uno de los pensadores centrales. Hay quienes, como Muhsin Mahdi, le han atribuido la fundación de la filosofía política islámica; otros, como Nicholas Rescher, han destacado sus talentos para la lógica. Lo cierto es que el pensamiento de dos grandes figuras como lo son Avicena y Averroes están notoriamente marcadas por la filosofía del “segundo maestro” —Aristóteles era el primero—, tal como se le conoció entre los árabes.

1. Vida y obras

Abu Nasr Muhammad ibn Muhammad ibn Ūzalāgh ibn Tarkhān, mejor conocido como al-Fārābī, fue nativo de Fārāb, Transoxiana. Sus orígenes podrían ser turcos. Nació aproximadamente entre los años 870 y 873 y murió en Damasco en el año 950. Además de ser un lógico de primer orden, comentó buena parte del corpus aristotélico y estudió algunos diálogos de Platón. Avicena lo menciona en repetidas ocasiones y recomienda sus escritos como grandes obras filosóficas.

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Mil y un inventos en la biblioteca de los secretos

Vídeo de dos partes

Video con subtítulos en español, que habla de la Época Dorada medieval que protagonizó la civilización Árabe Musulmana, la cual para muchos se ha convertido en el eslabón perdido entre las civilizaciones griego-romana y asiáticas, debido a la acción intencionada por parte de los inquisidores de la edad media y posteriormente por parte de las coaliciones de colonialismos en la zona árabe, también y desde ciertos años por la Islamofobia que ejercen algunos. Muchos historiadores no entienden esa falta de rigor a la hora de tratar la historia, ignorando un período del que sus vestigios están en todas partes del planeta y en todos los ámbitos de la vida moderna, es faltar a la verdad histórica. Obviar tal cantidad de inventos y principios científicos, ha sido una tarea al servicio de una campaña que formó una cantidad considerable de profesores y generaciones de alumnos en la ignorancia. Al margen de que los inventores sean de la Época Dorada Árabe Musulmana, ante todo; ellos y sus inventos pertenecen a la humanidad, por ello este video viene a afirmar lo que todos los historiadores deben subrayar la importancia de dicha época para la humanidad.

Ciencias: Árabes-Islámicas-Andalusíes

Los árabes que llegaron a la Península en el s. VIII no tenían los conocimientos científicos necesarios para poner en práctica lo que hoy se conoce como ciencia andalusí. Fue a partir del s. IX cuando ésta empezó a desarrollarse plenamente gracias al aprovechamiento del sustrato científico existente, gracias también a las aportaciones extranjeras y, sobre todo, a la experiencia que los estudiosos andalusíes fueron adquiriendo. Las corrientes culturales de Oriente llegaron a al-Andalus a través de dos canales: el de los viajes emprendidos por los andalusíes y el del comercio.

  • La historia empieza desde aquí
  • La ciencia árabe
  • Rutas de la Ciencia y Ciudades del Saber
  • Matemáticas El Legado Científico Islámico
  • El paraíso del agua en el Legado andalusí

-Vídeos de las actividades

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Ib Arabi: Viaje de la creación – Conferencia de Dra. María Reyes Carretero
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