La eterna vida de al-Ándalus
Por: Abdo Tounsi
A lo largo de los siglos fraguar una civilización nunca fue fácil, hacen falta muchos elementos para ello. Algunas tuvieron más repercusión que otras; hoy podemos saber de ellas a través de la arqueología, las artes, la literatura, la organización social, la ciencia… etc. Entre estas civilizaciones se destaca la andalusí, que ha dejado un legado en todos los componentes de una civilización floreciente e innovadora.
La entrada del Islam en la península ibérica, fue el semillero de la civilización andalusí. Pero y para ser justos, el producto manufacturado andalusí, fue consecuencia de la fusión cultural de distintas herencias de la cuenca del mediterráneo, léase: la griega, la romana, la visigoda, la bereber y por supuesto la árabe que aportó una revolución del conocimiento, tomando como base el saber de otras civilizaciones, entre ellas las del Extremo Oriente.
Al-Ándalus fue un pasaje en la historia de los musulmanes o árabes, pero fue un período histórico de la península ibérica, donde sus comunidades sociales desde el siglo VIII al siglo XVII, participaron en configurar una civilización acorde con los tiempos que vivieron. Los musulmanes o los árabes, son herederos de la cultura andalusí, pero la historia de al-Ándalus solo pertenece a sus ciudadanos de entonces, formando parte de la historia de los españoles y portugueses de hoy en día. También me atrevo a decir que su legado, lo comparten todos los hispanos.
Muchos han escrito y han dialogado o discutido sobre esta civilización, que no deja a nadie indiferente, porque sus estamentos antropológicos están vivos en la vida del día a día. La herencia andalusí encarna la forma en que los herederos de esta civilización, se comportan socialmente en muchos aspectos. Hoy, podemos decir, que al-Ándalus es una alacena a la que acudimos, para mantener el sustento cultural.
Al-Ándalus aunque le han sobrepasado otras civilizaciones o movimientos culturales, sigue siendo un faro que nos indica una navegación segura entre las muchas aguas bravas, que azotan el navío de la humanidad. Disfrutar de su legado, nos hará conscientes de los muros que levantan algunos entre los seres humanos. Al mismo tiempo nos señala una ingeniería para construir puentes entre los pueblos.