Ruta guiada por Madrid Árabe
Madrid árabe
El sábado 31 de octubre 2015, se realizó la actividad de la “Ruta guiada por Madrid Árabe”, que el Círculo Intercultural Hispano Árabe organizó en colaboración con Ahora Arquitectura. El recorrido explora los vestigios e influencias de la etapa medieval de la capital, conocida en aquella época como Mayrit.
Nuestra estimada estimada la Dra. Leonor Merino García, nos manda la nota muy detallada y descriptiva del tour. Le agradecemos mucho su labor informativa y divulgativa. Para los que han quedado con ganas de hacer la ruta, habrá otro en los próximos meses… Salam
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0.- Comenzamos en el Museo de San Isidro (Plaza de San Andrés, 2).
Allí se nos habla de la memoria islámica de Madrid, única capital europea de raíz toponímica islámica, Mayrit: que significa lugar rico o abundante en aguas. Mohammed I -emir omeya- erige una fortaleza en el siglo IX en una zona fronteriza inestable -denominada «Marca Media» controlada por los Banu Salim-, para, de esa forma, protegerse de las incursiones cristianas del norte y cortar las comunicaciones con Toledo, insumisa al poder de Córdoba y controlar los clanes muladíes.
Así, queda edificada una fortaleza erigida en la colina donde se encuentra, actualmente, la catedral de la Almudena. En el Museo citado, se exponen planos, piezas rotas de gran valor puesto que son restos los más castizos del Mayrit de los omeyas, cerámica -cántaro y dos ataifores- hallada en basureros -que antes fueron silos: principales vestigios- de la Plaza de la Cebada y de la calle El Almillo.
Igualmente, muy importante, la pieza expuesta procedente de Alcalá, en la que destaca una puerta de la muralla, que puede representar la “Puerta de la Vega”, la “Puerta de Santa María o la “Puerta Sagra”. Destacables los aparatos quirúrgicos.
Se menciona al gran matemático Maslama al-Mayriti (denominado madrileño porque vivía en Córdoba), que resumió las Tablas de Al-Juwarizmi y tradujo el “Planisferio” de Tolomeo. Se citan materiales utilizados: el ladrillo que, según su colocación o disposición, ofrece diversas composiciones de dibujo; la techumbre de madera que aligeraba las estructuras; el yeso, que provenía de Irán.
Se nombra a la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua o Ermita del Cementerio de Carabanchel –entre el solar de la desaparecida cárcel y el cementerio– como la construcción mudéjar mejor conservada, siglos XII y XIII. Torre rectangular, al contrario de la octogonal.
Referencias a la Iglesia Sta Mª de la Almudena, el templo más antiguo de Madrid hasta su derribo en 1868, debido a la remodelación de la calle Mayor y del viaducto de la calle Bailén.
El rey castellano-leonés, Alfonso VI, transformó la mezquita mayor –aljama que atraía a musulmanes de la zona en el sermón del viernes– en esa iglesia consagrada a la Almudena. Ventura Rodríguez la transforma con clasicismos: solo quedan restos del ábside. Así nace la catedral de la Almudena: templo, primero, que sustituye a la vieja iglesia.
No hay que olvidar que el arte mudéjar dominó las técnicas de construcción y que sirvió a las tres culturas de origen europeo y árabe. Así, el famoso hospital de la Latina, de estilo renacentista, fue obra de un alarife mudéjar llamado maestre Hassan.
Casi todos los herreros de la ciudad eran mudéjares.
1.- Nos encontramos delante de la torre mudéjar de la iglesia de “San Pedro el Viejo” (autor desconocido, 1345-1355), de la confluencia con las calles del Nuncio y de Costanilla de San Pedro.
Primer elemento mudéjar, el único que se conserva. Decoración de las ventanas: arcos ciegos túmidos –o de herradura apuntada–, enmarcados en su parte superior por un “alfiz”: recuadro formado por dos molduras verticales y una horizontal que envuelven el arco –suele ser un enmarcamiento rehundido–.
Su anterior emplazamiento estuvo junto a la Puerta Cerrada de la muralla cristiana. Su traslado se debió a la real iniciativa de Alfonso XI para conmemorar la toma de Algeciras en el año 1345.
Se afirma –aunque existen distintos puntos de vista–, que se edificó sobre la antigua mezquita de los mudéjares cuyo último resto sería el alminar, actual torre-campanario. Sin embargo, queda confirmado que se aprovecha la construcción. Una de las primeras misiones de esta iglesia fue velar por la distribución de las aguas, que se vertían por los barrancos más próximos. Y, según la leyenda popular, el repicar de las campanas conseguía desviar las tormentas.
Magnífica vista desde la calle del Príncipe de Anglona, quedando a la izquierda, la fachada del Palacio de Anglona.
1.1.- Estamos, ahora, ante la diminuta calle del Alamillo que desemboca en la plaza homónima, característica del entramado de calles que conforman el llamado Barrio de la Morería, donde se asentó la comunidad mudéjar en el llamado Madrid cristiano. Toma su nombre del Tribunal árabe o alamil, que aquí se encontraba y que administraba justicia en torno a la comunidad morisca. Cuando Alfonso VI, entorno al 1083 conquista la ciudad, el vocablo árabe, «alamil», evolucionó y derivó en alamillo. Topónimo del pasado mudéjar de la ciudad –a pesar de que en el mosaico, donde se indica el nombre de la calle, tiene dibujado un pequeño álamo. (Anécdota personal: Pedro Almodóvar filma esta plaza en “Tacones Lejanos”).
2.- Nos encontramos en la muralla árabe y Puerta de la Vega, en la Cuesta de la Vega, junto a la cripta de la Catedral de la Almudena (autor desconocido, hacia 855-865. Reforma, siglo X: descubierta en 1953).
Probablemente es la construcción en pie más antigua de la ciudad. Se vincula directamente con el origen de Madrid. Fue erigida bajo las órdenes del emir cordobés Mohammed I, entre los años 860 y 880, quien eligió un lugar espléndido: una amplia vega cultivable y de fácil acceso a reservas acuíferas.
La calidad de esta fortificación fue alabada por los cronistas musulmanes de la época. Siglos después Quintana, en el siglo XVII, la describe así: “fortísima de cal y canto y argamasa, leuantada y gruessa de doze pies”.
Precisamente en el muro de la Puerta de la Vega, cuenta la tradición popular que se encontró una imagen de la Virgen y, al derribarse la segunda puerta, se colocó a la Virgen en una hornacina de la Cuesta de la Vega. Siempre según esa tradición, salió a la luz sin deterioro alguno e, incluso, con dos velas encendidas a sus pies. Sin embargo, se confirma que no hay evidencia, documental ni arqueológica, de gente visigoda.
Bajo la plaza de la Armería se recupera un enterramiento con un esqueleto, boca arriba, sin restos de ropa, ni ajuar, ni joyas. Se trataba de un hombre de unos 27 años y por el estado de las vértebras y ciertas lesiones de la espalda debió de cargar mucho peso a lo largo de su vida: ¿tal vez un pastor? Se le puso el nombre de Valentín porque se descubrió un 14 de febrero.
Destacable el plano de Teixeira (1656), en el que la muralla está en pie; “Puerta de la Vega”: torres islámicas, cuadradas; puertas estrechas para poder vigilar a quienes las atravesaban; torre albarrana: unida por una ronda, etc.
Se destacan los descubrimientos de algunos restos de esa muralla, por el arabista Jaime Oliver Asín (sobrino de otro arabista de gran prestigio internacional Miguel Asín Palacios) en el campo de la etimología y toponimia; así como el trazado de la medinilla, según Manuel Montero Vallejo.
Se menciona, igualmente, a la Cava Baja /Plaza de los Carros, y sobre la existencia de un arrabal en el exterior del recinto defensivo amurallado.
Cruzamos la calle Mayor, bajo la cual acaso permanezcan escondidos vestigios de la Puerta de la Almudena. La muralla continuaba hacia el lugar donde, desde el siglo XVII, se levanta el Palacio de Uceda (sobrino del duque de Lerma), hoy sede de Capitanía General.
En el siglo XIV, se habla del “Alcázar de los judíos”. Lo que las fuentes llaman “castillo de los judíos”, probablemente, no sea tal castillo, sino que se refieran a recintos dentro de la zona amurallada que se pueden cerrar y aislar –en sentido de gueto–, y que siempre se situaban lo más próximo al alcázar. Cada vecino de las casas tenía la obligación de mantener la puerta abierta y, en caso de revuelta, contra la población mudéjar o judía que convivían juntos, recibían la orden de cerrar, de esa manera quedaban aislados del resto de la población; es decir, como una cámara estanca donde permanecían dichas minorías a salvo. Ordoño II, que saquea Córdoba, a su regreso a Madrid, incendia el castillo.
3.- Antigua mezquita (iglesia de Santa María) y Puerta de la Almudaina (autor desconocido, siglos X-XI).
Santa María de la Almudena se remonta a los orígenes de la Villa, ya que lo más probable es que fuera la mezquita mayor de Mayrit, durante la dominación islámica. Tras la conquista de la ciudad, por las tropas cristianas en torno a 1085, la antigua mezquita fue transformada en parroquia cristiana, siendo purificada por Alfonso VI, bajo la advocación de Santa María de la Almudena, patrona de Madrid, y cuya imagen -ya se comentó que fue hallada fortuitamente- se veneraba en el altar mayor. Existen restos arqueológicos de la iglesia de Santa María de la Almudena en la calle de la Almudena, en la que al fondo, se adivina la plaza de Oriente.
4.- Iglesia de San Nicolás de los Servitas, en la Plaza de San Nicolás (autor desconocido. Torre, siglos XII-XIII e iglesia, s. XV-XVII).
La maqueta está en el Museo de San Isidro. Estamos en el centro de la medinilla de origen árabe. Los restos arqueológicos conservados y su situación hacen pensar que pudo ser una mezquita –había hasta nueve mezquitas en la ciudad–. Lo más probable es que su construcción date del siglo XII, puesto que su torre, declarada monumento nacional en 1931 y situada al sur del edificio, tiene todas las características de ser un campanario mudéjar de aquella época –está más decorada que la torre de San Pedro–. Su construcción consta de tres niveles de arcos: cuatro arcos de herradura; tres arcos polilobulados: cinco lóbulos y, debajo de este nivel: tres arquitas trilobuladas. Su interior data del siglo XV, característica mudéjar. Posee un arco túmido o apuntado, siendo el más grande de España. Aparecieron, igualmente, yeserías en similitud con la capilla universitaria alcalaína de la época de Cisneros. Techumbre de madera a par e hilera (parhilera) y de nudillo.
5.- Casa y Torre de los Lujanes (autor desconocido, 1460-1494. Escalera gótica del Hospital de La Latina: maestro mudéjar Hassan, 1494-1499).
La gran torre se denominaba la “atalaya de la Villa”, es de estilo mudéjar y de principios del siglo XV, con una puerta de herradura en su fachada de la calle del Codo. El caserón es de finales de ese mismo siglo. Obra civil más antigua de uso doméstico que ha llegado hasta nuestros días, pero que, anteriormente, estuvo ubicada en la que se llamaba Plaza de San Salvador (hoy Plaza de la Villa), debido a la iglesia de San Salvador.
En las dependencias de esa iglesia se celebraba el Concejo de la Villa. Y el gremio de los plateros estuvo muy vinculado al templo, que se encargaba de alguna de sus reparaciones y mantenimientos. Por lo tanto, ese lugar era centro político y comercial, donde la familia Luján vivía en pleno centro.
En la primera mitad del siglo XV fue residencia de Gonzalo García de Ocaña, contador Mayor del Reino. En 1450, fue comprada por Pedro de Luján, camarero del rey, por 181.000 maravedíes. A su muerte, y debido a la herencia, se divide. Hay, por tanto, dos puertas con aspecto defensivo, con arcos de herradura apuntados (mudéjar) o arcos ciegos túmidos que reproducen las ventanitas del campanario de la iglesia de San Pedro.
La puerta que da a la calle del Codo tiene arco de herradura (edificio mudéjar), realizado con piedra y no con ladrillo, donde se pueden apreciar, en las dovelas, las marcas de los canteros, realizadas para poder cobrar sus trabajos.
Se utilizan piedras y juntas de dilatación con el fin de adaptarse a la temperatura: calor, humedad, etc. Aparejo toledano que llega de los romanos como medio defensivo.
Se vuelve a hacer hincapié en la labor del alarife maestre mudéjar Hassan que trabajaba según los encargos y que seguía las tendencias del momento: así la escalera del Hospital de La Latina, labrada en piedra blanca caliza, es un hermosísimo ejemplo del arte gótico, diseñado también por el afamado alarife citado, al igual que la portada.
6.- Trazado muralla árabe por Calle Factor y Puerta de la Sagra (autor desconocido, hacia 855-865. Reforma, siglo X).
Los llamados Altos del Rebeque: en esos parajes, hace ya mucho tiempo, Carlos Momorensi tenía el título de Príncipe de Robesch o Robech y, como ese nombre resultaba difícil de pronunciar a los madrileños de entonces, le apodaron Príncipe de Rebeque; de ahí viene el nombre: primero de la plaza y luego de la calle-escalinata que permanece hoy día.
Existe una plaquita del Ayuntamiento de Madrid que recuerda:
“Entre este lugar y el actual Palacio Real se alzó la Puerta de Xagra: perteneciente al primer recinto de la muralla árabe y la Almudena”.
Aquí, por lo tanto, estuvo el punto más alto de la muralla árabe.
7.- Restos árabes en la Plaza de Ramales – Hipótesis de la “Medinilla” (autor desconocido, siglos X-XI. Descubiertos en 2002).
Restos arqueológicos de la Iglesia de San Juan Bautista: torre de pedernal cuadrada, similar a las torres árabes: base del campanario de esa primitiva iglesia, citada en el Fuero de 1202.
Se han realizado varias campañas de excavación arqueológica, que han permitido documentar la planta completa de la iglesia y las sucesivas reformas constructivas. Se excavaron numerosos enterramientos, tanto en el interior como en el exterior del templo, asociados a las diferentes fases cronológicas documentadas. Apareció, también un silo que, más tarde, fue basurero.
8.- Atalaya o torre de los huesos (autor desconocido, siglo XI. Descubierta en 1996. Aparcamiento subterráneo).
Los restos de la atalaya islámica que, un día fue una de las torres que vigilaban la fortaleza del Madrid árabe, se exhiben en la primera planta del aparcamiento subterráneo de la plaza de Oriente, en el centro de la ciudad. Son vestigios de una torre que se construyó en el siglo XI y que, tras la conquista de Madrid por el rey castellano Alfonso VI de Castilla en 1083, fue incorporada a la muralla cristiana. Su misión era la vigilancia del arroyo del Arenal, donde hoy se levanta el Palacio Real.
Se mencionó, también, a la atalaya de Torrelodones o torre de vigía de los Lodones, en el municipio de Torrelodones y en la Comunidad de Madrid. Fue erigida durante el período omeya de Al-Ándalus, entre los siglos IX y XI. Así como se hizo referencia a la atalaya del Valle del Tiétar, en la «Marca Media» de Al-Ándalus. Se cree que utilizaban fuego o humo como medio de señal y comunicación.
Terminado el recorrido en un día espléndido y, para nuestro solaz, descansamos tomando un aperitivo en “La Dehesa de Santa María”.
Muchas gracias, amigos todos, por vuestra atención.
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