Visita guiada en la Biblioteca Islámica (AECID) Madrid
Fue muy, muy interesante nuestra visita del día 20 de noviembre 2015, hemos aprendido, sorprendido, disfrutado y encima gratis ¿Qué más queremos? Ojalá sean todas las cosas así donde el plato fuerte es un alimento para nuestros intelectos. Gracias a la Biblioteca Islámica que nos facilitó esta oportunidad y en especial a su directora Luisa Mora y a su equipo. Fuimos un grupo muy variado de procedencia y de formación académica, todos interesados en el SABER. Muchas gracias a todos los que acudieron y a todos los que nos apoyaron para que se realice la visita. El Círculo Intercultural Hispano Árabe os desplaza para una próxima actividad que ya anunciaremos… Salam
Muchas gracias a la Dr. Leonor Merino García conocedora de estos fondos de la biblioteca que nos acompañó en la visita y como siempre en otras ocasiones, nos ha hecho un relato-crónica de esta visita:
BIBLIOTECA ISLÁMICA FÉLIX Mª PAREJA:
ÚNICA POR SUS FONDOS
La Directora de la Biblioteca Islámica, Luisa Mora, recibió al «Círculo Intercultural Hispano Árabe», acompañado de un grupo amigable, ávido de conocimiento. En primer lugar, nos presenta a Juan Manuel Vizcaíno, licenciado en Filología semítica y gran conocedor de los fondos bibliotecarios, que lleva veinte años trabajando, puntual y amablemente, en esta Institución puntera.
La Biblioteca Islámica tiene más de sesenta años. Inicia su andadura en el año 1954. Nos habla su directora de la importancia de la figura del gran arabista Emilio García Gómez, y de cómo reforzó nuestras relaciones con el mundo árabe y musulmán. De esa política, de entonces, surgieron grandes proyectos. Se cree que el templo de Debod fue donado, por Egipto a España, debido a esas relaciones de amistad hispano-egipcias.
La Biblioteca de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) agrupa a la Biblioteca Hispánica –con mayor número de volúmenes y antigüedad–, y a la Biblioteca Islámica, apreciada como una joya –precisamente por ser su dotación más pequeña.
La amplia sala de lectura, compartida y dotada de gran iluminación, invita al estudio, a la reflexión, a la llamada a la calma.
Este espacio, situado detrás del palacete –edificio principal de la AECID–, consta de seis plantas con un millón de ejemplares entre ambas Bibliotecas. En general, las documentaciones (libros, revistas, etc.), se adquirían mediante compras. En la época de la dirección de Victoria Alberola, que compró mucho material, se invirtieron unos seiscientos mil euros anuales. Paulatinamente, y debido a la crisis económica, se obtiene material a través del canje. Una vía magnífica, para dotar de fondos a la Biblioteca Islámica, son las donaciones, que datan del año 2004: existe una docena de aportaciones de arabistas, excelentemente cuidadas y conservadas.
En el catálogo “Cisne”, que nació en colaboración entre la AECID y la Universidad Complutense de Madrid, se puede consultar, a través de Internet, todas las publicaciones de los investigadores: lo que ofrece visibilidad a la Biblioteca. Así en el año 2012, Firma del Protectorado, está convertido en catálogo: legado de Fernando Valderrama. En el fondo activo, hay una selección, en caracteres árabes, de unos trescientos diecinueve, realizándose su inscripción, detalladamente, uno por uno. Existen portadas de libros egipcios del siglo XIX, sobre el desarrollo de la imprenta, etc. Los catálogos se encuentran en la Biblioteca digital: “La Reina de los Mares”. Hay también cuadernos del contenido de cada país publicado. Donaciones de Jordania. Las últimas donaciones tratan sobre Marruecos; los primeros mapas de Kuwait (el año pasado, en el vestíbulo de acceso a la Biblioteca AECID, tuvo lugar la inauguración de “Kuwait en los libros del MAEC: 1964-2014”); fuentes anglosajonas cronológicas de las relaciones con los demás países. De esta forma, queda establecido un diálogo con los textos, con los libros (el 14 del próximo mes de diciembre, Casa Árabe presenta, “El Instituto Hispano-Árabe de Cultura, en el 60 aniversario de la creación del Instituto).
Existen 1.300 títulos de Revistas (la emblemática «AWRAQ», «Anaquel de Estudios Árabes», «Hesperia» y tantas otras revistas científicas): colecciones históricas muy importantes. Las de África son publicaciones muy complejas. Se echa de menos a Siria… De ahí que, al haber un descenso en las compras por falta de presupuesto, sean tan importantes las donaciones. Veamos algunas de ellas:
La primera donación se debe a Mariano Arribas Palacios. En la de Fernando Valderrama, algunos de los libros son arqueología en estado puro, con fotografías de edificios; legado que incluye sesenta volúmenes de la “Miscelánea”, en los que se puede apreciar cómo se trabajaba, anteriormente, con apuntes y libros mecanografiados, con archivos de prensa. La donación de Daniel Gil Benumeya da fe del tronco de una generación de arabistas. Siguen las donaciones de Ignacio Alcaraz Cánovas, Manuela Marín Niño, José Pérez Lázaro, Fernando de Ágreda, Mohammed Abadía Elgeadi (narrativa del dolor de su país palestino). La última donación es la de Bernabé López García. Todas ellas se consultan en sala.
Nos paseamos entre pasillos estrechos de altas estanterías, bien escoltados por volúmenes de gran valor, que tomamos en nuestras manos –abrimos y tocamos con mimo–, nos detuvimos ante ejemplares únicos, como el bilingüe en árabe y latín que data de la mitad del siglo XVII (1.639) o ante un ejemplar de “Las Mil y una Noches” de origen persa, en el que, con sorpresa para algunos, surgen imágenes de sus hojas antiguas.
Cae la tarde, no hay prisa por abandonar el depósito dotado de fondos únicos y de cuatrocientos archivos audiovisuales, entre los que podemos encontrar vídeos, discos compactos de audio, etc.
Luisa Mora sigue explicando y respondiendo con dulzura a las preguntas planteadas: en su mirada una luz pizpireta que encandila, en su boca una amplia sonrisa franca que abriga.
Amigas/Amigos, gracias por vuestra atención.