La Interculturalidad, pasado y futuro
Por Abdo Tounsi
Mi intervención en el Seminario “Multilingüismo y Multiculturalidad – Lengua Árabe y Multiculturalismo en el Siglo XXI” en la UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS de Madrid. Miércoles 20 de noviembre 2019.
En primer lugar quiero dar las gracias a la Universidad de Comillas, por invitarme y también mi agradecimiento al Departamento de Traducción e Interpretación y Comunicación Multilingüe.
Me gustaría antes de nada dejar bien claro que NO soy conferenciante, soy un activista por la interculturalidad que el Círculo Intercultural Hispano Árabe CIHAR, que presido con mucho honor, trabaja en esta senda de acercar culturas, dentro de un proyecto y un objetivo claro en pos de la convivencia. Somos una entidad social formada por personas con inquietudes socioculturales e interculturales, de allí nuestro empeño de desarrollar actividades donde fluye el conocimiento por todas las direcciones que manifiesta la cultura en todas sus facetas.
Creo que la interculturalidad nació con el ser humano, por lo tanto fue desde que se formaron grupos humanos y después sociales, en distintas partes del mundo, la necesidad de intercambiar bienes les obligó a comunicarse, y la lengua fue una herramienta para ello.
Desde la comunicación nace la interculturalidad, es un flujo de ida y vuelta que sirvió a la humanidad para avanzar y cuanto más se comunicaba más avanzaba. Es una obviedad, pero a menudo se quiere olvidar o ignorar por aquellos grupos que trabajan para crear diferencias y clasificar a las sociedades de buenos y malos.
En CIHAR creemos que la Historia nos ha dado muchos ejemplos para seguir dando grandes pasos hacia la convivencia. No es cierto que en la historia solo ha habido conflictos entre los seres humanos. Los periodos de progreso han sido grandes, y generaron importantes intercambios culturales. Tomemos como ejemplo la cuenca del Mediterráneo, a lo largo de su historia, la ida y venida entre sus habitantes ha sido constante. Cada grupo social ha dejado su huella cultural en sus orillas, y esto dio a su gente una interactividad sociocultural, que hoy en día nadie puede negar, y que fue muy positiva para el progreso en todos los campos.
Un ejemplo es la época de al-Ándalus, que fue muy positiva para Occidente y para Oriente. Aquí en la península ibérica, se fraguó una civilización que dio a la humanidad grandes progresos, al margen de las disputas políticas y militares de unos y otros, podemos apreciar que hubo largos periodos de paz y prosperidad. La convivencia fue un ejemplo en muchos periodos de esa época, lo que ayudó a que la semilla cultural que trajeron los árabes, se convirtiese en un producto marca ibérica, es decir, que el cuidado de su planta y de su fruto y posteriormente de su reproducción, fue totalmente por manos ibéricas (occidentales) sean de origen árabe, bereber, visigodo, u otros muchos que vinieron a vivir en esta tierra próspera. Los resultados de esta marca fueron la vanguardia en los campos literarios y científicos, que ayudaron a la convivencia y a comunicarse con otras civilizaciones del mundo. La marca ibérica-andalusí atravesó océanos y llegó a lejanas tierras. Por ejemplo en Oriente, su impacto sociocultural fue notable y muy apreciado. Digo esto, para subrayar que la ida y venida de los conceptos culturales y logros científicos, siempre han sido positivos para nuestro desarrollo como sociedades. Los árabes trajeron muchas cosas de Oriente a esta tierra, pero los logros de la marca ibérica-andalusí, también llegaron a Oriente “manufacturados”.
¿Cómo vemos en CIHAR el futuro desde la interculturalidad hispanoárabe?
Mi experiencia después de 46 años viviendo aquí en España, me dice que hay mucha gente que aprecia la cultura árabe. Tal vez la falta de dar a conocer esa cultura de forma amplia y adecuada, esté en la comunidad árabe, la que está integrada, que no ha podido lograr un acercamiento con iniciativas que impliquen a las dos comunidades. Incluso me atrevo a decir que también es desidia por parte de los amantes de la cultura hispanoárabe”.
En CIHAR pretendemos que las personas y entidades que tienen en común la inquietud por desarrollar actividades culturales, en torno a la cultura árabe e hispanoárabe, tengan un espacio adecuado para ello. Sencillamente creemos que con una acción conjunta de la sociedad civil y las administraciones públicas, se podría tomar la interculturalidad como un proyecto y una trayectoria en la educación de las nuevas generaciones, junto a una actividad constante en destacar sus atractivos conceptos para una sociedad próspera.
¿Conocen los españoles la realidad del mundo árabe?
No mucho, yo diría que el problema está en el mal periodismo, que no informa de la realidad, sino que enfocan las noticias que llevan al ciudadano a la superficialidad y le tratan como un espectador de un escenario virtual. ¿Y por qué lo hacen? Pues la mayoría de las veces, por ignorancia o por practicar el “periodismo de salón”.
Nadie nace racista o con prejuicios, por lo tanto todas estas anomalías de algunos, se crean a base de mala información, a veces prefabricada intencionadamente, para el interés de algunos grupos. Hace unos días leí una entrevista que le hicieron a la actriz Andrea Duro, protagonista de la serie ‘Promesas de arena’, dice: «Tenemos muchos prejuicios con la cultura árabe; no entendemos absolutamente nada y es una cultura muy rica y muy interesante», «Ojalá haya un momento de apertura mental en donde podamos darnos cuenta de que la mezcla de culturas, es lo mejor que nos puede pasar a los seres humanos». Esta mujer se desplazó a Túnez para rodar la serie, y tuvo la oportunidad de conocer a gente y por lo tanto saber de sus costumbres y de su vida, la que no se diferencia en mucho con la de cualquiera de nosotros, en el sentido de vivir y convivir.
Dicho de una manera clara, acercarnos a las personas sin prejuicios, nos abre grandes puertas al conocimiento, porque en realidad cualquier persona nos puede sorprender si llegamos a conocerla. No debemos despreciar a nadie y a nada a priori. El dicho árabe dice: “Buscad el conocimiento aunque estuviese en China”. Con el conocimiento podemos llegar a apreciar las otras cosas que no tenemos o no conocemos y disfrutar de ellas y sobre todo, utilizarlas por el bien de la familia humana.
La especie humana no puede ser distinta en sus sentimientos, ni en sus aspiraciones de vivir en paz y armonía. Esto ha sido siempre así, a pesar de las diferencias socioculturales. Podemos encontrarnos con un esquimal, con un beduino o con un amazónico, y disfrutar de una velada amena y cercana. Si hablamos de árabes y españoles, no podemos equivocarnos en nada, afirmando que lo que nos une, es mucho más de lo que nos separa.
La interculturalidad tiene muy buen futuro, si las herramientas de comunicación que hoy tenemos y tendremos, se utilizan para derribar muros y construir puentes. La globalización hace poco estaba en grandes salones y para pocos, pero hoy la tenemos en el salón de casa, en el trabajo, en nuestros móviles… etc. Sabemos que todo progreso tiene doble uso, se puede utilizar para el bien o para el mal. También sabemos que la buena gente es mucho más que la mala, lo único es que los malos hacen mucho ruido. Por lo tanto no tenemos que temer nada a estas herramientas de comunicación, mientras sepamos que nos van a beneficiar como muchos otros progresos alcanzados a lo largo de la historia.
Yo creo que poniendo nuestro granito de arena, en la sensatez por la que muchos están luchando, frente a una campaña que sólo obedece a intereses de alterar la convivencia pacífica, conseguiremos aunar criterios. Lo haremos con lo que sabemos hacer: mostrar que sólo el desconocimiento del otro genera miedo, y el miedo anula la voluntad de la persona. Por lo tanto, intentemos generar conocimiento para acercar a las personas y, así, derribar algún muro que otro, construyendo puentes y espacios culturales en común.
Muchas gracias.