Al-Ándalus y la interculturalidad hispanoárabe «lo árabe y lo hispano, van de la mano»
Artículo escrito después de la celebración de la X Reunión Anual CIHAR 2024, bajo el título «Lo árabe y lo hispano, van de la mano»
Abdo Tounsi. 25 de junio 2024
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– La interculturalidad hispanoárabe.
El intercambio y la convivencia de las culturas hispana y árabe, es el resultado de la interacción histórica y contemporánea entre estas dos culturas en diferentes ámbitos, como el lenguaje, la literatura, la música, la gastronomía, la arquitectura y las tradiciones.
La interculturalidad hispanoárabe tiene sus raíces en la historia de la península ibérica, donde durante varios siglos hubo una convivencia entre las culturas árabe, judía y cristiana. Durante este período, se produjo un intercambio cultural significativo: las palabras y expresiones en el idioma español, en la literatura y en la música son del legado de este período.
Durante el periodo desde el año 711 hasta 1492, la península ibérica experimentó una rica y compleja historia que dejó un legado duradero en la cultura, la arquitectura, la ciencia, la agricultura, la gastronomía, la literatura y el arte.
– El avance científico.
Los científicos andalusíes realizaron numerosas investigaciones que derivaron en innumerables aportes a diferentes campos científicos, siendo algunos de ellos bases de tecnologías actuales. La época andalusí se caracteriza por su gran desarrollo económico, filosófico y científico para la comunidad: regional, mediterránea e intercontinental. De este modo, al-Ándalus logró convertirse en en el centro intelectual de diversos campos científicos, como medicina, matemáticas, astronomía, etc. La comunicación fue fundamental en este desarrollo, gracias al uso del árabe tanto para la comunicación como para la traducción de obras, liderada desde el califato. Se enfocaron en recopilar y traducir al lenguaje árabe todo el conocimiento existente para la época, hecho que permitió la conservación de muchas obras antiguas.
En los primeros siglos de al-Ándalus, se produjo un florecimiento cultural y científico. Las ciudades como Córdoba, Sevilla y Granada se convirtieron en centros de aprendizaje y tolerancia religiosa, donde musulmanes, judíos y cristianos convivían y contribuían al avance del conocimiento. Se construyeron impresionantes mezquitas, palacios y jardines, como la Mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada, que aún hoy en día son consideradas joyas arquitectónicas.
Durante este período, se produjo una intensa interacción cultural entre los árabes, los cristianos y los judíos que habitaban la región, lo que resultó en la creación de una sociedad multicultural y multirreligiosa conocida como la convivencia de las tres culturas, gracias a la aplicación de un mandato religioso islámico que fomenta el respeto a los del libro, es decir, a la libertad de manifestaciones religiosas de judíos y cristianos. Esta convivencia se reflejaba en la arquitectura de las mezquitas, sinagogas y catedrales, en la literatura, en la gastronomía, en la música y en muchas otras áreas de la vida cotidiana.
– La caída de al-Ándalus y la intolerancia.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, al-Ándalus se fragmentó en múltiples reinos conocidos como taifas, debido a conflictos internos y a la presión de los reinos cristianos del norte. La caída de al-Ándalus tuvo un impacto significativo en la historia de España y de Europa en general. Muchos musulmanes y judíos fueron expulsados o forzados a convertirse al cristianismo, y se produjo un período de intolerancia religiosa y cultural. Sin embargo, el legado de al-Ándalus perdura y sigue siendo una parte importante de la identidad cultural de España y Portugal.
La influencia árabe en la cultura hispana es muy profunda y ha dejado una marca significativa en aspectos de la vida cotidiana en España y en otros países de habla hispana. Esta conexión tan importante entre ambas culturas es algo muy interesante y enriquecedor que se puede explorar y celebrar a través de eventos como el Festival Intercultural Hispanoárabe Mediterráneo de Alicante o de Málaga organizados por el Círculo Intercultural Hispano Árabe (CIHAR).
A pesar de la expulsión de los judíos de España en 1492 y posterior expulsión de los musulmanes, la influencia árabe-andalusí-islámica perduró en la cultura hispana a través de la arquitectura morisca, la gastronomía, la música, el lenguaje y muchas otras expresiones culturales. Esta rica herencia sigue siendo una parte importante de la identidad hispana y es un testimonio de la diversidad y la riqueza de la historia de España.
– La ecología andalusí.
Un aspecto importante del legado andalusí es la ecología, durante el período de al-Ándalus, la ecología andalusí se caracterizó por una estrecha relación entre los seres humanos y el entorno natural. Los musulmanes en al-Ándalus tenían un profundo respeto por la naturaleza y reconocían la importancia de vivir en armonía con ella. Esto se reflejaba en su enfoque de la agricultura, la gestión del agua, la conservación de los recursos naturales y la protección del medio ambiente.
La agricultura desempeñó un papel fundamental en la ecología andalusí. Los musulmanes introdujeron nuevas técnicas agrícolas, como la irrigación por acequias y la rotación de cultivos, que permitieron un uso eficiente del agua y una mayor productividad agrícola. También se fomentó la plantación de árboles frutales y la creación de jardines, lo que contribuyó a la diversidad y belleza del paisaje.
La gestión del agua fue otro aspecto importante de la ecología andalusí. Se construyeron sistemas de riego sofisticados, como los famosos «acequias» y «aljibes», que permitían la distribución equitativa del agua y su almacenamiento para períodos de sequía. Además, se promovió la construcción de fuentes y baños públicos, lo que mejoraba la calidad de vida de la población y fomentaba el cuidado del agua.
La conservación de los recursos naturales también fue una preocupación en la ecología andalusí. Se establecieron leyes y regulaciones para proteger los bosques, evitar la sobreexplotación de los recursos naturales y preservar la biodiversidad. Además, se promovió la caza sostenible y se fomentó la creación de espacios naturales protegidos.
La ecología andalusí dejó un lenguaje particular, que al día de hoy se sigue utilizando en España y en especial en la región de Murcia, tal y como señala el arabista José Antonio Enrique en múltiples manifestaciones literarias o conferencias, como las que imparte en las actividades de CIHAR.
– De la huerta a la mesa.
La gastronomía andalusí es conocida por su riqueza de sabores, influencias culturales y sofisticación culinaria. Durante este período, los musulmanes en al-Ándalus introdujeron nuevas técnicas de cultivo, ingredientes y métodos de preparación que dejaron una huella duradera en la cocina de la región.
Uno de los aspectos más destacados de la gastronomía andalusí es el uso de ingredientes frescos y de alta calidad. Se daba gran importancia a los productos locales, como las frutas, las verduras, los cereales, las legumbres y los frutos secos. Además, se utilizaban especias exóticas, como el comino, la canela, el jengibre y el azafrán, para realzar los sabores de los platos.
La cocina andalusí también se caracterizaba por su sofisticación en la presentación de los platos. Se prestaba atención al equilibrio de colores, texturas y sabores en cada comida. Los platos se decoraban con ingredientes como almendras, pistachos, pasas y hierbas frescas para añadir belleza visual y sabor adicional.
Algunos platos emblemáticos de la gastronomía andalusí incluyen, el arroz con almendras, el pollo con almendras, el gazpacho andaluz, los dulces como los alfajores y los pestiños, y las bebidas refrescantes como el agua de azahar.
Los dulces de al-Ándalus reflejan la influencia de la cultura árabe en la gastronomía española y portuguesa. Estos son solo algunos ejemplos de los dulces de al-Ándalus. Cada región y ciudad tenía sus propias especialidades y recetas únicas. Algunos de los dulces más populares de al-Ándalus incluyen:
- Alfajores: Son galletas de almendra y miel, generalmente cubiertas con azúcar glas.
- Gazpacho de almendra: Una bebida fría hecha con almendras, agua, azúcar y especias.
- Queso de almendra: Un postre hecho con almendras molidas, azúcar y clara de huevo.
- Sopa de almendra: Una sopa dulce hecha con almendras, pan rallado, azúcar y canela.
- Pestiños: Son dulces fritos hechos con masa de harina, aceite de oliva y miel.
Además, la gastronomía andalusí también influyó en la cocina española en general. Muchos platos y técnicas culinarias introducidos durante este período se han mantenido y evolucionado a lo largo de los siglos, y todavía se pueden encontrar influencias andalusíes en la cocina de la región.
– El arte andalusí.
El arte andalusí es conocido por su belleza, sofisticación y fusión de influencias culturales. Combina elementos de la arquitectura islámica, la tradición romana y visigoda, así como influencias bizantinas y persas. Se caracteriza por su ornamentación detallada, el uso de patrones geométricos y caligráficos, y la utilización de materiales como el mármol, la cerámica y el yeso. Este estilo artístico se caracterizaba por su sofisticación, refinamiento y belleza.
Algunas de las características más destacadas del arte andalusí incluyen:
1. Arquitectura: La arquitectura andalusí se caracteriza por la riqueza de detalles decorativos, como azulejos elaborados, arcos de herradura, columnas enguirnaldadas, frisos calados y techos de mocárabes. Ejemplos famosos de arquitectura andalusí incluyen la Alhambra en Granada, la Mezquita de Córdoba y la Alcazaba de Málaga.
2. Azulejos: Los azulejos decorativos eran una característica distintiva de la arquitectura andalusí. Estos azulejos geométricos y florales se utilizaban para embellecer paredes, suelos, fuentes y otros elementos arquitectónicos.
3. Estucos: Los estucos decorativos eran otra característica común en el arte andalusí. Los artesanos elaboraban intrincados diseños en relieve que adornaban paredes, techos y puertas.
4. Cerámica: La cerámica andalusí se caracterizaba por sus vibrantes colores y elaborados diseños. Los artesanos producían jarrones, platos, azulejos y otros objetos de cerámica decorados con motivos geométricos, florales o caligráficos.
5. Caligrafía: La caligrafía árabe era una forma de arte muy apreciada en la cultura andalusí. Los artistas calígrafos creaban hermosos diseños escritos en árabe que adornaban paredes, manuscritos y otros objetos.
El arte andalusí reflejaba la rica diversidad cultural y religiosa de al-Ándalus, así como el intercambio de ideas y la convivencia entre musulmanes, cristianos y judíos. Su legado perdura hasta nuestros días en la arquitectura, la artesanía, la música y otras expresiones culturales de España y otros países que fueron influenciados por la civilización andalusí.
Además, el arte andalusí se extendió a otras formas de expresión, como la caligrafía, la iluminación de manuscritos, la metalurgia y la talla de madera. La caligrafía árabe, en particular, se considera una forma de arte en sí misma y se utiliza para decorar edificios, manuscritos y objetos.
En resumen, el arte andalusí es una manifestación artística y arquitectónica única que combina influencias culturales diversas. Su belleza y sofisticación han dejado un legado duradero en la región de al-Ándalus y continúan siendo apreciados hasta el día de hoy.
– La interculturalidad hispanoárabe en la actualidad
Se manifiesta en la presencia de comunidades árabes en países hispanohablantes, así como en la influencia de la cultura árabe en la música, la moda y la gastronomía. También se puede observar en la literatura contemporánea, donde escritores, árabes, hispanoárabes e investigadores españoles exploran temas relacionados con la identidad y la interacción entre estas dos culturas.
La interculturalidad hispanoárabe es un fenómeno en constante evolución y enriquecimiento mutuo, que promueve el diálogo y la comprensión entre las culturas hispana y árabe, y contribuye a la diversidad cultural y lingüística de la sociedad. El Círculo Intercultural Hispano Árabe (CIHAR) como otras fundaciones y asociaciones, trabajan para mantener viva la luz que iluminó durante siglos la senda de la interculturalidad en la península Ibérica.