Palabra de Don Antonio Gala al recibir la Medalla CIHAR de Diamante, en vídeo
La Junta Directiva del Círculo Intercultural Hispano Árabe (CIHAR), en su reunión virtual del día 02 de octubre 2020 acuerda conceder su máxima distinción, la Medalla CIHAR de Diamante a Don Antonio Gala Velasco, licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla, y en Ciencias Políticas y Económicas por la de Madrid. Cursó también Filosofía y Letras. Escritor, dramaturgo y poeta. Preside La Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores.
La Medalla CIHAR de Diamante, se concede a Don Antonio Gala Velasco por sus múltiples acciones y escritos a favor de la interculturalidad y la hermandad de civilizaciones, con una especial atención a la amistad hispanoárabe, presidiendo la Asociación de Amistad Hispano-Árabe, cargo que desempeñó durante los primeros años de existencia de ésta, con el objetivo de realzar las relaciones entre los dos pueblos. También el reconocimiento a toda su producción literaria, y especialmente aquella que ha contribuido a dar a conocer los muchos aspectos culturales de la época de al-Ándalus.
Gala es un autor de gran éxito entre los lectores en cualquiera de los géneros que cultiva: teatro, columnismo, novela o lírica. Su estilo abunda en imágenes y recursos líricos, y es muy elaborado en lo formal. Su obra “El manuscrito carmesí” fue galardonada con el Premio Planeta en 1990.
Posee la medalla de Oro de Ubeda y Baeza. Es doctor “honoris causa” por la Universidad de Córdoba y premio César González Ruano de Periodismo por “Mis charlas con Troylo”. En 1983 recibió el “Libro de oro”, premio de los editores. En 1989 es galardonado con el premio Andalucía de las Letras y con el Premio León Felipe a los Valores Cívicos. El 6 de marzo de 2008 ingresa en la Real Academia de Córdoba como miembro de honor.
De sus frases: “Todo progreso que no sea humano, no es progreso”.
La palabra de Don Antonio Gala, fue leída por el Director General de la Fundación de Antonio Gala, con motivo de recibir la Medalla CIHAR de Diamante.
«Acaso las dos palabras que tengan para mí un sentido más alto sea la palabra AMISTAD y la palabra CULTURA. La amistad como sentimiento de última concordia que salta por encima de las fronteras, de las razas y de los tiempos; como sentimiento en el que se fundan las más altas felicitaciones humanas, las empresas recíprocas, los más sutiles intercambios, las fusiones imperecederas como una red más o menos firme, pero una red que nos sostiene, una amistad, hablo ahora de la hispanoárabe, heredada y consanguínea, imperturbable y lenta que se ha desarrollado a la vez que nosotros y habitó entre nosotros y construyó sus nidos en las inolvidables gran versale. Una amistad honda como los siglos, hecha de peleas y abrazos. Algo tienen en común el abrazo y la pelea sobre una difícil y depurada convivencia, una amistad que de alguna manera se quedó en esta tierra para siempre en su idioma casi bilingüe, en sus maneras, en sus ideales, en sus emociones, en la historia de sus reyes y lo que es más significativo en las historias de sus pueblos.
Por eso yo no quiero referirme a las aportaciones de nuestros pueblos a la cultura universal. Eso son datos, eso está en los libros; yo hablo de lo que transparenta la vida y la sonrisa de nuestros pueblos, de lo que transparenta la vida y es la vida, porque nuestros pueblos son nuestra cultura, una cultura desarrollada de abajo arriba como todo lo que crece y de dentro afuera como todo lo vivo. Una cultura que ha sido y que será lo que fuimos y lo que seremos nosotros: los españoles, los árabes y los hispanoárabes.
A la amistad hispanoárabe le queda mucha historia para escribir, pero antes de escribirla la historia ha de vivirse. Propongámonos tal fin; muy pocos los hay tan altos.
Muchas gracias.«
Antonio Gala Velasco
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